viernes, 3 de octubre de 2014

MUDRÁ - Técnica de Yoga y Danzas Clásicas de la India

El término "mudrá" en sánscrito significa "sello" o "gesto". Estos gestos realizados con las manos forman parte del lenguaje gestual tanto del Yoga como de los estilos de danzas clásicas de la India, cuya raigambre se encuentra en la antigua  tradición tántrica.

Tienen tres características fundamentales de las cuáles se desprende toda la importancia de la técnica: son reflexológicos, simbólicos y magnéticos.

En el Yoga son utilizados a modo de llaves para acceder a determinados sectores del insconsciente colectivo (aquél espacio sutil en el cual están almacenados los conocimientos y hechos de la humanidad desde sus inicios).

Es realmente una técnica magnífica para operar cambios de forma volutiva, ya que actúan en nuestro organismo por asociación neurológica y condicionamiento reflexológico: a través de un gesto podemos interferir en nuestros condicionamientos y alterar ciertos estados de consciencia. De aquí se desprende su característica reflexológica, puesto que desencadenan una sucesión de estados de consciencia y de estados fisiológicos asociados a los primeros. Para poner un ejemplo práctico: cuando realizamos Shiva Mudrá, nos tornamos más receptivos, cuando realizamos Anjali Mudrá, desencadenamos un estado de Yoga dentro nuestro, dos gestos que activan un sector del registro akásico relacionado con un yoga ancestral, realizado desde hace tantos años, por tantos maestros y practicantes, que con sólo ponerlo en práctica podemos sentir sus efectos.

Al aspecto reflexológico debemos sumarle el magnetismo, y es que son cuestiones que van de la mano: nuestro cuerpo posee magnetismo y polaridades. Por él el prana fluye en cantidad y calidad diferentes según las distintas áreas. Nuestras manos cuentan con 37 (treinta y siete) chakras menores, vórtices energéticos que, de acuerdo a cómo modificamos la disposición y combinación de los dedos generan diferentes reacciones electromagnéticas. Es así como utilizamos los mudrás, otro ejemplo, en los pránáyámas, para cerrar circuitos electromagnéticos y evitar que la energía se disperse y -mejor aún- dirigirla de acuerdo con la técnica que esté realizándose. Un mudrá muy usado en éste sentido -y en ésta técnica- es Gñana Mudrá.

A los dos aspectos anteriores debemos sumarle la característica simbólica, por lejos mayormente utilizada en las danzas clásicas de la India. En las danzas como en el Yoga entran en juego conjuntamente con el aspecto reflexológico, ya que son gestos arquetípicos, pero también podemos encontrar gestos únicamente simbólicos (esto depende de los autores y de los maestros), como en el caso de Matsya Mudrá. Y por citar un ejemplo de un gesto reflexológico y a su vez simbólico, menciono uno de mis más preciados: el Shiva Lingam Mudrá.

Cómo último punto teórico hay que mencionar la forma de ejecución: aquellos mudrás que son realizados con una sola mano se denominan Asamyukya Hasta Mudrá, aquellos que son ejecutados con ambas manos se denominan Samyukta Hasta Mudrá.

La clave está, pues, en conocer el sema de cada sello, cómo y cuándo se emplean, cómo nos alineamos con ellos - o no - de acuerdo a nuestra propia naturaleza. La selección de una bibliografía seria y de una investigación profunda se vuelve fundamental. Consultar en clase, también. Pero lo más importante, algo que nunca podemos olvidar cuando realizamos un mudrá, es su vivencia, algo tan personal como intransferible... citando al  Abhinaya Dárpana:

Donde va la mano van los ojos, donde van los ojos está la atención, donde está la atención está la energía y con ella el éxtasis vibrante”

María de la Cruz Rojo


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