jueves, 30 de abril de 2015

Bandaj – El teñido de telas más antiguo de la humanidad

También como Bandhej, Bandhani, Bandhni o Tye and Dye, su nombre proviene (excepto en la versión anglosajona) de una derivación de la palabra sánscrita banda (atar). Bandaj es la antigua técnica de atar e ir formando nudos en las telas (principalmente seda, satén, algodón, voile, muselina y georgette) para obtener bellos patrones luego de que éstas son sometidas a ciertos procesos de teñido.



Se trata de una técnica cuyo origen encontramos en los tiempos pre-históricos y algunos autores consideran  que  ésta forma de teñir la ropa es casi tan antigua como la cultura del vestir.

Sus inicios se remontan a 5000 años atrás. Alejandro Magno menciona en sus anales el uso de hermosos colores estampados en la India. De acuerdo con la evidencia de textos históricos, el primer saree con bandhani fue usado con motivo de un matrimonio real durante el reinado de Harsha - siglo VII- (lo cual no sorprende: la tradición popular considera que usar un saree bandhani trae un buen futuro para la novia); también hay evidencia empírica en las cuevas de Ajanta, en cuyos murales encontramos pintadas doncellas usando blusas con bhandani. Estos murales datan del siglo V.

El bandhani se caracteriza por sus patrones formados por puntos diminutos los cuales se obtienen por un proceso de teñidos de resistencia de modo tal que unas partes de la tela se tiñen y otras no. El proceso se compone de varias fases, es relativamente simple pero conlleva mucho tiempo: primeramente, la tela se dobla a lo largo y a lo ancho en cuatro pliegues, el área a teñir es remarcada con un pigmento lavable (geru), sobre ella se coloca una lámina de plástico transparente agujereada de acuerdo al patrón que se quiere lograr (a veces esos agujeros son tan pequeños como la cabeza de un alfiler) y se vuelve a pintar con un pigmento lavable para transferir el diseño, luego los artesanos estiran pequeñas áreas dónde se encuentran los puntos, y enrollan y atan muy firmemente la porción de tela sobresaliente con  un hilo (generalmente de nylon) para formar nudos que se conocen con el nombre de bindhi. Luego de atar los nudos, la tela se lava para remover el geru y luego pasa al primer teñido, en el cual permanece sumergida en algún color brillante. Después del primer teñido, se lava, se estruja y se seca para ser atada de nuevo y ser sumergida en un color más oscuro, teñido en el que permanecerá alrededor de tres horas para que el color se absorba bien. Durante éste proceso, la pequeña área debajo de los nudos, resiste el teñido dejando en la tela un pequeño punto. Para el teñido, siempre las tonalidades claras (como amarillo) se utilizan primero y luego se atan otros nudos para pasar al teñido en un color más oscuro. Luego de la última tintura, la prenda o tela se lava y si es necesario se almidona. Cuando seca, la tela se separa, se abran los nudos y el patrón aparece. El resultado es, por lo general, un paño con un fondo profundo con puntos de varios colores formando un patrón. Los motivos incluyen flores, enredaderas, campanas, rayas, ondas, cuadrados. Para lograrlos, los nudos se colocan en grupos y cada grupo tiene un nombre (Ekdali: un solo punto, Trikunti: tres puntos, Chaubundi: cuatro puntos, Satbandi: en grupo de siete).  Los grupos se trabajan en patrones intrincados con los que se forman figuras (Shikargah: similar a una montaña; Beeldar: como la vid, etc.). El trabajo de colores también es interesante. Como mencionábamos, siempre se trata de un claro con un oscuro, el objetivo es lograr un contraste impactante deliberadamente. Los colores claros usados tradicionalmente son el amarillo, el rojo, el verde y el rosa, mientras que para las tinturas oscuras solían utilizarse principalmente rojo y negro. Los colores de fondo tienen diversos significados: el rojo de base significa que la mujer que lo porta es una novia el amarillo, nos indica que la mujer que lo lleva fue recientemente mamá. Todas las tinturas eran, en su inicio, de origen vegetal.  Y lo siguen siendo hoy en día, pero también se suman las artificiales. La paleta de colores, a su vez, se ha diversificado de acuerdo a la demanda de los diseñadores (por lo cual encontramos, por ejemplo, el uso de pasteles), que han tomado al bandhej como parte de la ornamentación de las prendas, y la importación; pero los focos originales del bandhani, siguen eligiendo los colores tradicionales. Y hay un por qué. Si bien es difícil indicar un  origen en un área particular, algunas referencias indican sus inicios en Jaipur. Pero principalmente se menciona que fue desarrollada por los musulmanes de la comunidad de Khatri, en las áreas comprendidas por las ciudades del distrito de Kutch (Bhuj y Mandavi), y que hasta el día de hoy mantienen su fama de lograr un bandhej de la más fina calidad.  Jamnagar, ciudad en la cual se introdujo la técnica al ser fundada hace 400 años, también es un centro de excelente producción de Bandhani. Así, los focos principales de producción han sido y son Rajasthan  y Gujarat. Colores y diseños varían de un distrito a otro, y más aún de un estado a otro. Antiguamente, sarees, odhnis y turbantes con bandhej, indicaban clases y costumbres sociales y, en el caso de los turbantes, colores y diseños eran indicadores de la tribu de la que provenía quien los portaba.

El bandhej es una técnica desarrollada principalmente por mujeres (las de la comunidad Kahtri en sus inicios) y pasada por ellas de generación en generación. Sarees, kurtis, salwar kameez, kurtas, turbantes, chales y odhnis (velos con que cubrir el cuerpo y protegerlo del sol) son usados diariamente en Rajasthan y Gujarat, sin embargo, es para la época de los festivales y para las bodas en dónde son más buscados.

Los sarees representan un pequeño capítulo aparte. Para crear colores contrastantes en sus bordes, el cuerpo del saree se cubre con plástico y se sumergen los bordes en tintura.  La región final del saree (o pallu), se divide en varias secciones y cada sección refleja diseños diferentes. Los motivos en los bordes son más grandes y entre los más populares encontramos los laddu-jalebi, una serie de anillos concéntricos que asemejan los famosos dulces del Jalebi.

Entre los pocos tipos de sarees bandhani encontramos el Saree Panetar: elaborado en seda de Gajji y cuyos bordes son rojos y su centro blanco con un medallón llamado pomcha o padma (“loto”), a menudo salpicado con puntos teñidos de rojo; Saree de Garchola: que se caracteriza por una serie de cuadrados creados por filas de puntos blancos teñidos sobre un fondo rojo (o en ocasiones verde). El número de cuadraros sobre el saree tiene un significado ritual, ya que se hacen múltiplos de 9, 12 o 52; y Saree de Leheriya: el gran saree bandhej del Rajasthan, se elabora tiñendo toda la tela en vez de pequeñas secciones, esto produce líneas diagonales en colores brillantes llamadas lahariyas (“ondas”). Estos sarees se ofrecen como regalo generalmente durante los festivales de Holi (por su hermoso colorido) y Teej.

La calidad de un saree bandhani generalmente se juzga por el tamaño de sus círculos: mientras más pequeños y cercanos al tamaño de la cabeza de un alfiler, se consideran más finos. Un diseño intrincado puede tener hasta 75.000 puntos.

Una de las partes más bonitas: cuando los sarees se venden, los nudos aún están atados, somos nosotros quienes debemos desatarlos, extenderlos y disfrutar el resultado final de un largo proceso, del cual  pasamos a formar parte a través de un pequeño y último acto: desanudar.

María de la Cruz Rojo

Fuentes



domingo, 19 de abril de 2015

Bordado Chikan – La joya de la corona de Lucknow

Chikan, derivación de la palabra persa “chikeen” (que designa un tipo particular de tela bordada) consistía tradicionalmente en bellos trabajos – principalmente florales -realizados únicamente con hilo blanco de algodón crudo sobre muselina (llamada tanzeb) o algodón blanco -por lo que era conocido como “white on white” o “whitework embroidery”.



Septentrional, al igual que el resto de los bordados indios que hemos estado reseñando, el Chikan tuvo y tiene su foco en Lucknow, región de Uttar Pradesh. Su origen está disputado entre historia y mito. Se encuentra mencionado en las crónicas del viajero griego Megasthenes, en el siglo III AC, quien hace referencia al uso de muselinas floreadas por parte de los indios. La mayoría de los registros históricos indican que en el siglo XVII fue introducido por Noorjehan, reina consorte del emperador mogol  Jehangir, quien dominaba el arte, se inspiraba en los bordados turcos y cuyos diseños y patrones personales todavía existen; otras versiones dicen que proviene del este de Bengala, pero lo más probable es que luego de la caída de los mogoles, los artesanos que perdieron el patronazgo, migraran y por tal motivo se encontrara un foco de Chikan en ésta región. Pero a nosotros el relato que más nos gusta es aquél que se corresponde con la creencia de los bordadores. El mismo cuenta que el origen del chikankari (se conoce así al proceso del bordado chikan) data de los tiempos antiguos: un viajero pasaba por una villa cerca de Lucknow y pidió un poco de agua a un campesino pobre, quien atendió el pedido; en agradecimiento, el viajero le enseñó el arte del chikankari, cuya labor nunca le permitiría pasar hambre. Y según la creencia, el viajero era el mismo profeta.

El Chikan fue un arte de las cortes. Los mogoles apadrinaron el oficio que sucumbió con los bajos precios de los textiles de Inglaterra, durante el imperio británico.  Luego de la independencia, se pusieron en marcha diversos esfuerzos para revivir ésta industria, es  así que fue lanzado, en 1947, el “esquema de bordado Chikan”, el cual se pasa de generación en generación (como antiguamente), es practicado principalmente por mujeres y representa el sustento de miles de familias de Lucknow y alrededores.  Su proceso sigue siendo una labor ardua y que involucra diversas etapas y  bordadores: los diseños (principalmente florales y geométricos) se deciden de acuerdo a la tela y el tipo de puntada se decide de acuerdo al diseño. Cuando se tiene la tela se corta de acuerdo a la prenda a realizar (kurtas, pashminas, sarees y, hoy en día, también cortinas, ropa de cama o ropa de mesa), se imprimen los patrones del diseño con bloques de impresión con tintas lavables o manualmente (con un remarcado), se realiza el bordado (antiguamente, se conocían 40 tipos de puntos y hoy en día se conocen entre 30 a 35, agrupándose en tres tipos principales: puntos planos, de relieve y enrejados abiertos, ésta variedad en estilos de puntos lo vuelven imposible de imitar.  Similar al kashida (1) hay un método en la aplicación de los tipos de puntos, lo cual no deja de asombrarnos por lo acertivo e impecable en su disciplina en cuanto a los tipos de puntos asignados a un propósito particular. Por ejemplo, el punto cadena (llamado zanjeera) solo se utiliza para el contorno final de una hoja, pétalo o tallo. Luego se realiza el Jaali (o enrejado) una especialidad única del chikankari, un trabajo en que los hilos nunca se cosen a través de la tela y se trabajan buscando una abertura, una separación (hecha adrede con la aguja) que produce el efecto de enrejado; luego de dar las puntadas finales, se procede al lavado de la tintura y al almidonado de la prenda. El proceso total puede llevar entre uno a seis meses en los que diferentes especialistas trabajan con diferentes puntadas: en el chikan, los bordadores del jaali no realizan el trabajo de llenado, cuando culmina su fase, el bordador envía el tejido al siguiente, de acuerdo con esto, los salarios de cada tipo de bordador se fijan por separado.

Hoy en día, ya no se trata de blanco sobre blanco, el color en telas e hilos ganó terreno de acuerdo con las demandas de mercado, pero la belleza del trabajo que involucra tanta labor con tanta historia por detrás, hace del colorido un detalle de nuestros días que nos habla del derrotero del bordado Chikan a través de su propia historia, repleta de flores, enredaderas, fauna local, frutas o figuras geométricas: una sinfonía laboriosa que representa la joya de la corona para la región de Lucknow y sus habitantes.

María de la Cruz Rojo

Notas

Fuentes



lunes, 13 de abril de 2015

Bordado Kashida, una oda a la naturaleza de la región de Kashmir

No sólo la región del Rajasthán (1) es prolífera en bordados. Desde Kashmir, el Zardozi tuvo y tiene un poderoso rival en términos de mercado: el bordado Kashida.



El Kashida es un trabajo de bordado muy colorido cuya base utiliza principalmente telas de lana, aunque también de algodón y seda, y es conocido por su belleza en la combinación de colores, texturas, diseño y técnica. Los hilos utilizados para bordar son también de algodón, lana o seda, y, en nuestros días se suma el empleo de hilos de fabricación sintética. Antiguamente, el kashida era empleado para ornamentar chales y sarees. Hoy en día su empleo se ha diversificado: además de seguir produciéndose en los casos anteriores,  el kashida es lucido en vestidos, abrigos, chaquetas, turbantes, alfombras, almohadones, cubrecamas, cortinas, etc. porque su resistencia permite el lavado a mano o a máquina.

Su paleta es interesante, porque su base siempre utiliza blanco, blanco quebrado o beiges, sobre ella, los colores de los hilos están inspirados en las flores y follaje de la zona: amarillo, verde, púrpura, azul, negro, rojo escarlata y rojo carmesí. También utilizan muchos pasteles.

De acuerdo el Dr. Abdul Ahad (2), historiador del Srinagar (3), el tejido en la región de Kashmir era conocido desde el siglo III AC y fue el emperador mogol Zain-ul-Abidin, durante el siglo XV, quien seleccionó a los tejedores y artesanos más talentosos de Persia para revivir la antigua técnica. Fueron estos artesanos los que moldearon la composición, estructura y el estilo de los chales, mediante el empleo de nuevos motivos y puntadas con varias combinaciones de colores. Ésta es la razón de la estrecha semejanza entre los bordados persas y el de Kashmir, especialmente en los motivos; asimismo, la influencia musulmuna se hace notar en la ausencia total de figuras  humanas. Los diseños del Kashida se inspiran puramente en la naturaleza y, de acuerdo a la tradición, reflejan la inspiración que ésta ejerce sobre el artesano que realiza el trabajo de bordado. A diferencia de los bordados del Rajasthan, el kashida es realizado por hombres, las mujeres poco interfieren en el proceso; el mismo es entendido como una industria artesanal cuya técnica se transmite de padre a hijo, a modo de herencia y cuyo aprendizaje comienza a la temprana edad de siete u ocho años. Lo que maravilla del trabajo es que para realizarlo se utiliza sólo un tipo de punto, conocido como Puntada de Cashemira, entre los que se encuentran el cadena, la puntada satinada, la puntada tallo, la espiga, etc. , lo que da una apariencia plana al trabajo de diseño. También es interesante notar cómo, si bien generalmente se confecciona en un solo punto, puede en algunos casos haber  más de uno, entonces, cada área de bordado lleva un nombre y un tipo de diseño y puntada particular. Existen tres tipos de puntadas más populares: la puntada satinada es empleada para cubrir grandes superficies, el punto cadena se utiliza para la parte inferior de la tela (es muy empleado para la confección de alfombras o tapices) y el punto tallo, utilizado sólo en el límite del motivo. En cuanto al diseño del adorno, el Kashida se divide en tres tipos:

1.       El Sozni o Dorutka, en el cual, hábilmente bordado, el diseño aparece de un color en un lado y de otro en su reverso, no por error, sino por destreza del artesano.

2.       El Papel Maché, en el cual flores y hojas son bordadas en hilo de color brillante (generalmente de satén) y luego contorneados en negro, destacando las formas.

3.       El Ari, o bordado de gancho, se trata de flores que se bordan a mano con puntada cadena realizando círculos concéntricos.

Las ropas bordadas en Kashida son generalmente utilizadas durante los festivales: Dipawali, Holi, Navaratri, como así también en otras fiestas populares. En el caso de rituales y ceremonias tradicionales, es un bordado que puede complementar con otros más ornamentados y fastuosos. Ésta capacidad ubicua es la que hace del kashida un bordado requerido más allá de las fronteras de India, su demanda mundial es grande, y lo ha convertido en una fuente de ingresos para muchas familias.

Hemos detallado orígenes, materiales, ocasión de uso y técnica, pero aún resta detallar los diseños que han evolucionado desde los antiguos diseños florales Indo Persas hasta el Kashida. Inspirados por el espíritu de la naturaleza, los artesanos bordan pájaros (loros, pájaros carpinteros, canarios, urracas, martin pescadores); flores (lirios, lotos, lilas, tulipanes y flores de azafrán), frutas (mangos,  uvas, ciruelas, cerezas, almendras y flores de manzano) y árboles –principalmente la figura cónica del ciprés, el cual es icónico y domina la mayoría de los diseños representado de distintas maneras-(4). Todos los motivos se utilizan con una magnífica variación de colores, tamaños y formas por parte de unas manos artesanas que generación tras generación, desde el siglo XV, se encuentran en un ánimo alineado con la naturaleza local y cuya empatía se traduce en el propio bordado.

María de la Cruz Rojo


Notas


(2)    Coincide con él Ramala S. Dongerkery, ex Ministro de Información y Comunicación, investigador y autor de varios libros sobre India.

(3)    Srinagar y sus zonas aledañas conforman la región donde está establecida, desde los primeros tiempos, la producción del bordado Kashida.

(4)    De acuerdo con Smt. Ramala Dongerkery, también encontramos mariposas, aunque flores y follaje son los motivos dominantes.

Fuentes

martes, 7 de abril de 2015

Bordados Indios: Zardozi

Preciosismo, es la palabra exacta para definir ésta hermosa técnica de bordado india de raíces persas.


Algunas fuentes ubican su existencia desde la época del Rig Veda (1); sin embargo, el Zardozi no es originario de India, es  un antiguo bordado persa, su nombre proviene de ésta lengua: Zar = Oro y Dozi o Douzi = bordar y algunas de sus traducciones posibles son “coser con hilos de oro” o “bordado de oro”.  La técnica pasó a India en el siglo XII con las primeras invasiones musulmanas, que llevaron consigo a los artesanos que la conocían, para vivir su apogeo en el XVII, bajo el patrocinio del emperador mogol Akbar, constituyéndose en un arte imperial en el cual se utilizaban hilos de oro y plata más incrustaciones de perlas, metales y /o piedras preciosas para constituir complejos patrones que adornaban los trajes de la corte (y muy especialmente de la familia real),  los tapices que decoraban las paredes, las telas de las tiendas reales de campaña y los ricos abalorios de elefantes y caballos. Los bordados solían realizarse sobre seda, terciopelo y brocado. El método artesanal de preparar los alambres de oro (llamados zari) para el bordado era complicado y requería de gran habilidad, se cubría con oro tres veces una barra de plata afilada en los extremos. Luego se calentaba en un horno hasta que se formaba una aleación. Más tarde, la barra dorada se forzaba a través de una serie de agujeros cada vez más pequeños hechos en láminas de acero hasta que las dimensiones requeridas fueran obtenidas, así se obtenía el futuro hilo brillante. Seguidamente, éste alambre se aplanaba y retorcía alrededor de de un hilo de rosca de seda color amarillo oscuro para obtener el zari.

Durante el reinado de Aurangzeb (2), los artesanos perdieron el  patrocinio real, el arte pasó a ser muy costoso y los metales no tan abundantes, a éste escenario debemos sumar la industrialización, coyuntura que propició su caída.

El zardozi ha resurgido a mediados del siglo XX, principalmente en las regiones de Madrás, Hyderabad, Lucknow (luego de la independencia de ambas), Farrukhabad, Chennai y Uttar Pradesh y se ha mantenido como método de bordado de apliques. Con una mano el artesano sostiene el hilo debajo de la tela y en la otra sostiene un gancho o aguja  con el que recoge los materiales del aplique. Luego pasa la aguja o gancho a través de la tela y continúa éste proceso hasta completar el diseño. Ya no se utiliza para las cortes, sino que lo vemos ornamentando los trajes de novia, sarees y ha ganado prestigio en ropa de hombres (en ciertos pantalones y ornamentando capas). Como ya no se dispone de oro en grandes cantidades, la adaptación moderna utiliza hilo de cobre con brillo de oro, con pérdida de nobleza, aunque no así de magnificencia.

María de la Cruz Rojo

Notas

(1)    El Rig Veda es considerado el más antiguo de los cuatro Vedas, cuyos primeros escritos se enmarcan en la Edad de bronce 1700 / 1100 AC

(2)    Emperador entre 1658 y 1707, considerado el último de los “grandes mogoles”.

Fuentes






viernes, 3 de abril de 2015

Bordados Indios - Gota

Éste y los próximos posteos de India nos Inspira, estarán dedicados a los artículos elaborados por Croix Imagen acerca de bordados indios. Ésta primer entrega trata acerca del bordado conocido como "Gota", esperamos lo disfruten, se trata de todo un arte vernáculo de maravilloso trabajo artesanal:

"Gota, un bordado auspicioso del Rajasthan

A diferencia del Zardozi, de orígenes persas, éste bordado en metálico sí se origina en India, en Rajasthan,  región septentrional que se ha caracterizado por la producción de maravillosos textiles  y bordados artesanales. Al igual que el Zardozi, lo encontramos a partir de las cortes mogoles, se trata también de una técnica de aplique y su uso se expandió desde ellas al resto de la región.



Como tipo de bordado para la corte, en sus inicios los trabajos eran realizados en oro y plata. Cintas zaris (2) de distintos anchos eran aplicadas con los bordes cosidos hacia adentro para crear bellos patrones sobre los cuales el estilo Gota comenzó a bordar una historia que llega hasta nuestros días: los diseños eran realizados por los mismos artesanos o se trataba de diseños particulares de cada región, cada motivo tenía y tiene un nombre y significado específicos. Así, animales como tigres, caballos, elefantes, gorriones o pavos reales, flores y hojas, diseños geométricos o incluso figuras humanas eran y son signos de una trama auspiciosa para el portador del bordado y es por ellos que desde sus albores, se utiliza para ocasiones festivas o ceremoniales (bodas y /o ocasiones muy formales).

Originariamente se bordaba sobre pura seda, satén, georgette, gasa, terciopelo o sarga, mientras que en los últimos años se utilizan tejidos sintéticos. Por tradición, la técnica del bordado pasa de una generación a otra, y se trata de una labor que continúa siendo artesanal y realizada mayormente por mujeres (de distintas religiones, aunque principalmente musulmanas). Encontramos que el Gota es un trabajo muy laborioso aún en nuestros días, y como los metales preciosos son más escasos, se han reemplazado o bien por hilo de cobre recubierto con plata o chapa de oro (con buen efecto y menos costoso) o se utiliza una película delgada de poliéster en lugar del cobre, esto último se conoce como Gota Plástico, es muy duradero, tiene una excelente resistencia a la humedad y – a diferencia del original-, no se empaña y es muy liviano. Se comienza por trazar el diseño sobre la tela, para lo que se la coloca en un marco de madera conocido como Khaat, sobre ella se pone un papel de calcar con el diseño y se hecha pasta de tiza para que quede trazado. Dependiendo de éste, el Gota se corta y se dobla en varias formas para luego pasar al aplique bordado en la franja de costura de la tela. Colores típicos del Gota son el rojo, naranja, magenta, marrón y amarillo pero hoy en día la paleta se ha extendido más allá de la tradición, de acuerdo con los requerimientos de los clientes. Con respecto a la original, podríamos adentrarnos en los terrenos de la colorimetría, por su vibración, potencia y significados, pero será tema de otro artículo.

El Gota requiere de un proceso largo que insume mucho tiempo de elaboración manual, proceso que se mantiene técnicamente auténtico desde hace siglo, aunque los materiales y los colores se modifiquen y cuyo bordado contiene una trama con una carga sígnica de buenos auspicios y prosperidad."

María de la Cruz Rojo


Notas

(2)    Se llama “Zaris” a las cintas o cordones de oro y plata.

Fuentes