domingo, 19 de abril de 2015

Bordado Chikan – La joya de la corona de Lucknow

Chikan, derivación de la palabra persa “chikeen” (que designa un tipo particular de tela bordada) consistía tradicionalmente en bellos trabajos – principalmente florales -realizados únicamente con hilo blanco de algodón crudo sobre muselina (llamada tanzeb) o algodón blanco -por lo que era conocido como “white on white” o “whitework embroidery”.



Septentrional, al igual que el resto de los bordados indios que hemos estado reseñando, el Chikan tuvo y tiene su foco en Lucknow, región de Uttar Pradesh. Su origen está disputado entre historia y mito. Se encuentra mencionado en las crónicas del viajero griego Megasthenes, en el siglo III AC, quien hace referencia al uso de muselinas floreadas por parte de los indios. La mayoría de los registros históricos indican que en el siglo XVII fue introducido por Noorjehan, reina consorte del emperador mogol  Jehangir, quien dominaba el arte, se inspiraba en los bordados turcos y cuyos diseños y patrones personales todavía existen; otras versiones dicen que proviene del este de Bengala, pero lo más probable es que luego de la caída de los mogoles, los artesanos que perdieron el patronazgo, migraran y por tal motivo se encontrara un foco de Chikan en ésta región. Pero a nosotros el relato que más nos gusta es aquél que se corresponde con la creencia de los bordadores. El mismo cuenta que el origen del chikankari (se conoce así al proceso del bordado chikan) data de los tiempos antiguos: un viajero pasaba por una villa cerca de Lucknow y pidió un poco de agua a un campesino pobre, quien atendió el pedido; en agradecimiento, el viajero le enseñó el arte del chikankari, cuya labor nunca le permitiría pasar hambre. Y según la creencia, el viajero era el mismo profeta.

El Chikan fue un arte de las cortes. Los mogoles apadrinaron el oficio que sucumbió con los bajos precios de los textiles de Inglaterra, durante el imperio británico.  Luego de la independencia, se pusieron en marcha diversos esfuerzos para revivir ésta industria, es  así que fue lanzado, en 1947, el “esquema de bordado Chikan”, el cual se pasa de generación en generación (como antiguamente), es practicado principalmente por mujeres y representa el sustento de miles de familias de Lucknow y alrededores.  Su proceso sigue siendo una labor ardua y que involucra diversas etapas y  bordadores: los diseños (principalmente florales y geométricos) se deciden de acuerdo a la tela y el tipo de puntada se decide de acuerdo al diseño. Cuando se tiene la tela se corta de acuerdo a la prenda a realizar (kurtas, pashminas, sarees y, hoy en día, también cortinas, ropa de cama o ropa de mesa), se imprimen los patrones del diseño con bloques de impresión con tintas lavables o manualmente (con un remarcado), se realiza el bordado (antiguamente, se conocían 40 tipos de puntos y hoy en día se conocen entre 30 a 35, agrupándose en tres tipos principales: puntos planos, de relieve y enrejados abiertos, ésta variedad en estilos de puntos lo vuelven imposible de imitar.  Similar al kashida (1) hay un método en la aplicación de los tipos de puntos, lo cual no deja de asombrarnos por lo acertivo e impecable en su disciplina en cuanto a los tipos de puntos asignados a un propósito particular. Por ejemplo, el punto cadena (llamado zanjeera) solo se utiliza para el contorno final de una hoja, pétalo o tallo. Luego se realiza el Jaali (o enrejado) una especialidad única del chikankari, un trabajo en que los hilos nunca se cosen a través de la tela y se trabajan buscando una abertura, una separación (hecha adrede con la aguja) que produce el efecto de enrejado; luego de dar las puntadas finales, se procede al lavado de la tintura y al almidonado de la prenda. El proceso total puede llevar entre uno a seis meses en los que diferentes especialistas trabajan con diferentes puntadas: en el chikan, los bordadores del jaali no realizan el trabajo de llenado, cuando culmina su fase, el bordador envía el tejido al siguiente, de acuerdo con esto, los salarios de cada tipo de bordador se fijan por separado.

Hoy en día, ya no se trata de blanco sobre blanco, el color en telas e hilos ganó terreno de acuerdo con las demandas de mercado, pero la belleza del trabajo que involucra tanta labor con tanta historia por detrás, hace del colorido un detalle de nuestros días que nos habla del derrotero del bordado Chikan a través de su propia historia, repleta de flores, enredaderas, fauna local, frutas o figuras geométricas: una sinfonía laboriosa que representa la joya de la corona para la región de Lucknow y sus habitantes.

María de la Cruz Rojo

Notas

Fuentes



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