"Para
el hombre arcaico, la danza ocupaba un lugar central en la vida de la
comunidad; se danzaba para despertar el psiquismo colectivo de la tribu, para
acceder a la sacralidad, para promover la fertilidad de la tierra, la benevolencia
de las fuerzas de la naturaleza, para colocarse en sintonía con el ritmo del
cosmos.
En la
mitología puránica, Shiva Nataraja aparece como el danzarín cósmico, marcando
con sus movimientos el ritmo del universo manifestado. Danza envuelto en una
esfera de fuego (representado plásticamente como el círculo ígneo que lo
envuelve), llamas que transforman y destruyen el mundo en el final de cada
ciclo.
Las
analogías entre éste mito y los últimos descubrimientos de la física son, como
mínimo, sorprendentes:
"Sentado
en la playa, a la vera del mar en una bella tarde de verano, mirando las olas
quebrar mientras acompañaba mi ritmo respiratorio, repentinamente supe que todo
cuanto me rodeaba era una gigantesca danza cósmica. Como físico, sabía que las
rocas, la arena y el aire a mi alrededor estaban compuestos de moléculas
vibrantes y de átomos hechos de partículas que perpetuamente crean y destruyen
otras por interacción.
"Sabía
que la atmósfera terrestre es continuamente bombardeada por huracanes y rayos
cósmicos, partículas de energía que sufren numerosas colisiones a medida que
penetran en la atmósfera. Todo eso me resultaba familiar como investigador en
física de alta energía, pero hasta entonces, no lo conocía sino por medios de
gráficos, de diagramas, de teorías metemáticas.
"Mi
experiencia de la Danza de Shiva fue precedida por muchas otras similares.
Comprendí que poco a poco comienza a emerger de la física moderna una visión
del universo coherente con la antigua sabiduría oriental..."
Las
tres principales danzas de Shiva son:
1. Nadanta:
la danza celestial en su aspecto de Natarája, con cuatro brazos y el círculo de
fuego;
2. Muyalaka:
también llamada Avidya o Asura, en la cual él
danza sobre el demonio que representa la ignorancia, derrotándolo;
3. Tándava:
es la danza de la muerte y la destrucción, donde Shiva, en el final de cada
ciclo cósmico, aniquila el mundo saltando sobre sus talones, con un cráneo en
una mano y una serpiente naja en la otra.
La
identificación con las imágenes arquetípicas es llamada Mudranyása,
y es obtenida a través de los gestos y bhavas (expresiones).
La
danza india siempre trabaja con estos dos recursos, mudrá y bhava.
Siendo
la mayoría de las danzas en india una recreación de historias y mitos del hinduísmo,
el nyása es elaborado a partir de mudrás que "hablan" de esos mitos.
El
danzarín debe sentir ésa identificación, que es procesada a nivel emocional con
los largos años de preparación constante."
Fragmento
extraído de "Mudrá, gestos de Poder". El fragmento dentro del
fragmento, que pertenece a Fritjot Capra, ya lo hemos visto citado con
anterioridad por André Van Lysebeth y en ésta oportunidad por Pedro Kupfer, por
lo que queda evidenciada la importancia que las consideraciones de Capra a
través de "El Tao de la Física" tuvieron dentro del mundo del Yoga y
las filosofías orientales.
María
de la Cruz Rojo
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