viernes, 14 de noviembre de 2014

Rudraksha

Escribiremos en breve acerca de los Japa Malas, y por ello hoy vamos a dedicarnos a reseñar la semilla más importante con la que se elaboran desde hace más de 6000 años, o la más importante por lo menos para los shivaístas y parte del mundo oriental, por sus propiedades curativas y relajantes.


El árbol de rudraksha crece en la tierra de Gauda - la favorita de Shiva-, geográficamente delimitada desde las estribaciones de los Himalayas y centro de Nepal hasta el este de India.

Su nombre proviene de las leyendas alrededor de éste árbol. Podemos traducir "rudraksha" como  "lágrima de Shiva" debido a aquella leyenda en que Shiva, luego de una larga meditación en favor de todos los seres, derramó lágrimas de compasión de las cuales brotaron árboles, cuyas semillas son las rudrakshas;  encontramos otra traducción igualmente posible como "ojo de Shiva", o más puntualmente como "ojo de Rudra" en alusión al  aspecto destructor del Dios.

Más allá de las historias y los mitos que envuelven a éstas semillas, su utilización para confeccionar los malas es ancestral. De propiedades relajantes y curativas (se utilizan para tratar problemas relacionados con el corazón y los nervios y ayudan para aliviar la depresión), mejoran y estimulan nuestra concentración, ya sea llevándolas en contacto con nuestro cuerpo o en la práctica de jápa mantra propiamente dicha; son un depósito o almacén en el cuál se concentra toda la energía de nuestros mantras, coadyuvando para alcanzar el estado de dhárana, necesariamente buscado por los practicantes. Y volviendo a las escrituras, las mismas nos narran que cuando la semilla de rudraksha llega a nuestra vida es porque se ha superado con éxito cierta/s situación/es, de las tantas que hay que superar en el camino del perfeccionamiento del Ser.


María de la Cruz Rojo

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