“El objetivo del Yoga no puede ser conseguido por
quien no tiene fuerza, ni por alguien descuidado sin objetivo. Por lo tanto,
para tener éxito en la práctica de ásanas es necesario disciplina, constancia,
fé y dedicación.
“El joven, el
mayor, el anciano, aún el enfermo o el inválido obtienen la perfección yogi por
la práctica constante. El éxito seguirá a aquel que practica y no a aquel que
no practica. El éxito en el Yoga es inalcanzable por la
mera lectura de los textos sagrados, no es obtenido al vestir la ropa de un
yogi o de un devoto, o hablando sobre Yoga. Apenas la práctica constante es el
secreto del éxito; no puede haber duda en cuanto a eso.” (Hatha Yoga
Pradipika, cap.1, versículos 64 a 66)
Los ásanas preservan la salud, por lo tanto, debe
observarse que un gran obstáculo para la auto-realización es la falta de salud,
para el yogi su cuerpo es su principal instrumento de realización. Si su
vehículo se estropea, el viajero no puede ir lejos, si el cuerpo está con falta
de salud, el practicante poco conseguirá. La salud física es importante para el
desenvolvimiento mental, pues la mente funciona a través del sistema nervioso.
Cuando le falta salud al cuerpo, la mente se inquieta, imposibilitando la concentración
y la meditación.
La práctica de los ásanas sin actitud interior,
conocimiento del objetivo que se espera alcanzar y sin el apoyo de los yamas y
niyamas, es mera acrobacia.
Se debe entender que ásana no es gimnasia, pues las posiciones actúan no sólo en
el plano físico como también en el plano sutil.
Vamos a explicarlo mejor. Por ejemplo, podés tomar tus
manos, ellas están en el plano físico. Podés agarrar tus cabellos, ellos son
palpables.
No podés agarrar tus pensamientos, ni verlos, pero
convivís con ellos de la misma forma que con tus manos y tus cabellos.
Resumiendo, tus cabellos y tus manos están en el plano
físico, tus pensamientos, tus emociones, tus deseos y tus sentimientos, en los
planos sutiles (emocional, mental, etc.).
Para tu autoconocimiento es indispensable saber como
funcionan esos planos…”
Texto extraído de “Libro de Yoga” de Regina Shaktí,
San Pablo, AngeloHodick Editor, 1996.
La traducción y edición son mías.
María de la Cruz Rojo